miércoles, 26 de septiembre de 2007

Querido maestro : D

Hola ¡!

Los estudiantes estamos acostumbrados a meternos en una clase y observar profesores de lo más pintoresco. Las oposiciones para entrar a dar clase deben estar infinitamente fáciles porque hay verdaderos esperpentos subidos en la tarima.

Yo he tenido un poco de todo, pero en general no puedo quejarme mucho de los profesores. Sí que es cierto que la mayoría de los que son malos es porque se acostumbran a tener un puesto de trabajo asegurado y ya no se preocupan por la educación de los alumnos.

De hecho, en el instituto tenía un profesor de educación física que parecía que le costaba un sacrificio enorme levantarse de la silla. Nos daba un balón para jugar al fútbol o a voleibol y quien quería jugaba y quién no, no.

Lo realmente alucinante es que por lo visto lo lleva haciendo desde hace ya muchos años y por comentarios que me han llegado aún lo sigue haciendo. Los inspectores no van nunca a ver las clases de este hombre por lo que se ve.

Y eso sí, en la facultad van un grado por encima. He tenido una profesora de derecho tributario que en las clases nos hablaba de gran hermano y de los novios que tenía…muy fuerte…

Pero sobre todo quería escribir este post por un profesor en particular. Estuve dando clase de historia económica con él el año pasado. Es bastante peculiar, ya que al principio asusta bastante. Es un hombre muy alto, doble y con una voz muy grave.

Además en las clases es bastante suelto, llano, suelta muchísimos tacos y dice que le da igual : D. El tío es un crack. Pero sobre todo lo que más admiro de él es que realmente le gusta su trabajo y enseñar a sus alumnos. De hecho nos confesó que él ya tenía su vida resuelta y que iba a la facultad sólo porque le entretenía y le gustaba.

Ya acabó el curso y aún a día de hoy hablamos mucho por correo electrónico. Siempre le pregunto dudas y siempre me contesta, de forma desinteresada. Estos sí que son los buenos profesores.

Saludos

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! Yo he tenido de todo en cuanto a profesores, en el instituto y colegio bastante volcados en los alumnos y preocupados por nosotros.
En la facultad no puedo decir lo mismo. Alguno se limitaba a leer a toda pastilla unos folios amarillentos pro el paso del tiempo. A algunos parecía que les dábamos asco o algo porque nos miraban con un careto... Yo creo que debe ser una profesión vocacional, y no ser elegidos a dedo entre familiares del departamento como pasó en mi facultad.

Anónimo dijo...

Conozco a profesores así y la verdad es que da gusto estudiar con personas tan profesionales e interesadas por el alumnado.

Los profesores así suelen ser personas muy inteligentes, incluso llegaría a decir filósofos porque tienen una forma muy curiosa de mirar a las personas, la sociedad, la política...

Saludos!

BK dijo...

Bueno, ayer intenté publicar un comentario por dos veces y ya veo que no se pudo :-(
Lo que decía es que yo no guardo ningún recuerdo especial de ningún profesor (ni del colegio, ni de bachiller y mucho menos en la universidad). Tuve profesores bastante comunes :-)
En lo que estoy de acuerdo es que deben de tener vocación, porque es un trabajo bastante difícil, y parece que hoy en día puede dar clase cualquiera.

donde duende??? dijo...

Estudias economicas o empresariales en Sevilla???a que hemos sido compañeros y no nos hemos dado cuenta¡¡¡????En la facultad tenia profesores pateticos(el peor el de Estadistica, en particular el coordinador¡¡¡), pero sin embargo tuve tambien a los mejores¡¡¡¡y de ellos, pues comentaria al de Econ. Española o casi todos los que dan Macroeconomia (cualquiera de ellas¡¡¡¡).

Besos y a ver si un dia nos vemos en la facultad¡¡¡jajajaj... molaria¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Yo creo que hay profesores muy buenos y simples funcionarios.
Al que más recuerdo yo es a un anciano profesor de la facultad que nos daba literatura medieva.
Una lastima que se pusiera enfermo a mitad de curso y se nos muriera...
Un profesor si que tiene que tener vocación, como cualquier persona, si no, siempre estará amargado, sea quien sea.